Los pañuelos blancos colmaron Plaza de Mayo.-
Fueron mujeres las que cortaron las telas de los pañuelos, las que los entregaron y los hicieron levantar bien alto y fueron cuatro mujeres, las que hablaron y repudiaron a la impunidad en el acto central.
Miles de personas se movilizaron ayer en la Plaza de Mayo y en distintas partes del país que repudiaron y rechazaron el último fallo de la Corte Suprema que en segunda oportunidad aplica el 2×1 a un condenado en una causa por delitos de lesa humanidad.
Las distintas organizaciones de derechos humanos exigieron a los tres poderes del Estado que den marcha atrás con esa decisión y recibieron con alivio la ley sancionada ayer que fue propuesta como alternativa legislativa para intentar frenar la aplicación del 2×1 a condenados por delitos de lesa humanidad, genocidio y crímenes de guerra.
La acción política también vista desde el Congreso Nacional donde poco antes de la marcha se había aprobado la ley para limitar los alcances de la aplicación de la derogada ley 24390, que reducía el computo de la pena a quienes hubieran estado con prisión preventiva por más de dos años.
Una acción política que nos mostró que se puede determinar y decidir de forma urgente resolver las prioridades y ponerlas en marcha en 24 horas.
Una acción política que demostró que se pueden construir consensos en políticas de estado incluyendo a todos los sectores políticos.
En el sentido de como viene esta ley a incorporarse al sistema jurídico Argentino, será relativo el efecto jurídico de la misma conforme la estructura normativa vigente y el sistema penal Argentino.
Con la nueva ley los jueces inferiores tendrán un nuevo elemento, que viene a cubrir un vacío legal, para introducir en la argumentación y oponerse a la reducción de penas a través del 2×1. Dependerá de que juez efectivice dicha interpretación en sus sentencias.
Ayer el ex juez de la Corte Eugenio Raúl Zaffaroni declaró que pudo haberse equivocado al votar como la mayoría de la Corte a favor del 2×1 en un caso similar años atrás. «Si me equivoqué o no me equivoqué, no lo sé. Pude haberme equivocado», refirió.
Por otra parte por primera vez se pone en el centro de la discusión la Ley 24390, sancionada en 1994 y derogada en 2001, que pretendió suplir las deficiencias de la falta de celeridad de la justicia que tenía las cárceles llenas de presos procesados sin condena -no muy diferente a la actualidad- en el marco de una década de los 90´de indultos, donde los delitos de lesa humanidad no existían en la consideración del debate político.
Mayo de 2017,
Graciela Achabal.-
Foto: Ana Laura Brown – 7D