La Investigación pasó por tres fiscales: Patricia Hortel, Marcelo Romero y actualmente la sigue Ana Medina. Con graves irregulariades procesales denunciadas en el expediente, a 3 años, aún no se esclareció el hecho ni hay procesados.
En la tarde noche del 14 de abril de 2014 se registraba formalmente la busqueda de paradero de Marisol Oyhanart, una vecina de Saladillo de 38 años, maestra jardinera y madre de tres hijos, cuyo cuerpo fuera encontrado sin vida cerca de las 7 de la mañana del día siguiente, plantado en un descampado de la zona periurbana de la ciudad.
En criminalistica unos de los principios de rigor para la investigación de un delito indica que «el tiempo que pasa es la verdad que huye». Está frase le corresponde al Dr. Edmond Locard (1877-1966), notable criminalista francés, que se consolidó como premisa esencial de la investigación criminal, en vistas que en la práctica forense el transcurso del tiempo juega en contra del esclarecimiento del caso, por ello cuanto más urgente se realice la pesquisa, mayor posibilidades habrá de lograr algún resultado, o una aproximación al menos, el tiempo dilata o torna borrosos los recuerdos y ello inexorablemente, nos aleja de conocer lo sucedido.
Se ha escrito bastante, más no lo suficiente, y, en algunos casos lo pertinente. Ya ni se sabe si tiene sentido repetir la supuesta dinámica del hecho: que habría más de un autor material, que se supone la existencia de un autor intelectual al menos; que se plantó el cuerpo en el lugar que previamente había sido rastrillado, casualmente en las horas de la madrugada en que se había supedido el rastrillaje; que la ropa de Marisol habría llegado a la pericia luego de meses de estar en quien sabe que lugar sin resguardar la cadena de custodia de la prueba; que la ambulancia morguera que trasladaba el cadaver se rompió a mitad de camino a la Dirección Pericial de La Plata, entre otras cosas.
Más allá del desproposito jurídico que a esta altura se evidencia como la única verdad a todas luces, y pone a este caso como una evidencia indubitable de las falencias de la administración de Justicia, la pregunta que hoy, a 3 años del asesinato me urge como central es:
¿donde están los responsables de asesinar a Marisol y de la impunidad?
No existe el crimen perfecto, existen investigaciones deficientes, lentas, interesadas o desinteresadas en el resultado. Existe impunidad.
El ideal de Justicia se convierte así en una ilusión palmaria. Él o los asesinos hoy están escurridos del alcance de la Justicia. Los responsables judiciales siguen en sus mismos asientos, inmutables, ni se sabe si estará por archivarse la «Investigación de la Investigación» como la llaman para diferenciarla de la investigación principal que investiga el homicidio, los responsables policiales que actuaron el día del hecho, amparados por su jerárquico judicial, estarían cumpliendo destino en algún otro lugar.
Asi están los responsables y culpables de este horroso hecho que nos enluta como sociedad, que habla de nosotros y de nuestra incapacidad de acción.
Miedo debe darnos esta impunidad, y nada mejor que el silencio para engordarla y ensancharla junto con las espaldas de los responsables consolidados en las sombras.
Esta Justicia lenta, no es Justicia.
14 de abril de 2017,
Graciela Achabal.-