En el día del maestro, el ex intendente de Saladillo Carlos Antonio Gorosito se reunió con su maestra de tercer grado.-

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«Estuve tomando mates con Rosa Cotignola de Conti, quien fue mi maestra de tercer grado hace 51 años. Los maestros juegan un rol importante en nuestras vidas, ninguna máquina por sofisticada que sea, puede hacer su trabajo, los maestros contribuyen a crear el clima emocional del aprendisaje».- Carlos Antonio Gorosito

“Llegue a  su casa y me recibió con la misma  sonrisa de hace 51 atrás, con la misma  sonrisa que  me recibía y nos recibía todos los días. Una sonrisa que denotaba y denota frescura, sus gestos también denotan amabilidad como siempre. Yo llegue con un ramo de flores, le di un beso y me dijo:” Muchas Gracias por las flores, que alegría de verte y que me vengas a visitar”. Yo rápidamente conteste:” La alegría de verla es para mí, se la ve muy bien, parece que el tiempo no paso para Ud”. Ella sonríe cálidamente, agradece mis palabras y  agrega  “a vos también se te ve muy bien”. Este dialogo se dio con mi maestra de tercer grado de la querida Escuela n° 18 Gral. José de San Martín donde curse mis estudios primarios. Nunca olvidé a mi maestra de tercer grado,  nunca olvide a  todas quienes fueron mis maestras. Siempre las tengo presentes.  Todas ellas han dejado en mí recuerdos imborrables. En esta oportunidad me llegue hasta la casa de Rosa Cotignola de Conti, ella fue mi querida maestra de tercer y como no recordarla en el aula que daba sobre la Avenida Belgrano en lo que era la entrada en aquella época a la Escuela. Digo como no recordarla no solamente enseñaba, sino que desparramaba bondad en cada uno de sus gestos, a mí  me hacía sentir feliz y con ganas de ir a la Escuela. En su casa enseguida hizo preparar el mate y entre mate y mate fuimos rememorando el año que nos tocó compartir juntos  el aula, ella como maestra, yo como su alumno. Yo  quería simplemente saludarla como lo vengo  haciendo todos los años para esta fecha con quienes fueron mis maestros de la primaria, pensaba recordarle algunas cosas pero ella “me gano de mano”. Me sorprendió con esta exclamación “ ¡¡¡Te acordas cuando me traías los  cuadernos de tus compañeros   a mi casa!!!”, “¡¡¡Como no me voy acordar!!! “ le conteste. Era lo que yo pensaba recordarle, pero ella se anticipó.  Vivíamos casi en el mismo barrio, ella en la  calle Almafuerte entre Estrada y Roca (donde vive actualmente) y yo en Av. Pereyra entre Sarmiento y Mitre, por entonces esas calles de nuestro querido Saladillo eran de tierra. Como me quedaba de paso yo me ofrecía a traerle los cuadernos. También me  recordó la Señorita Rosita (así le decíamos) que yo todos los días le pedía pasar a dar lección, es  que yo me esforzaba por estudiar en medio de la precariedad en que vivíamos con mi familia en tiempos de ni niñez e  infancia y luego quería demostrar que sabía lo que había estudiado, como no tenía luz eléctrica estudiaba con la luz de una vela o lámpara a querosén (pero esa historia la comentare en otro momento).  En la época en que yo curse mis estudios primarios acostumbramos a  denominar a las maestras como lo Señorita de..,en  referencia al apellido de sus esposos, por eso en este caso específico en el de mi maestra de tercer grado a Rosa Cotignola la llame en su momento: la señorita de Conti ( en obvia referencia al apellido de su esposo Miguel Conti). Después que termine de cursar el tercer grado creo que nunca más hable con  ella, naturalmente la debo haber visto muchas en algún encuentro circunstancial en algún espacio público. Por eso después de más de 50 años me  produjo una profunda emoción volver hablar con ella  y en este caso además tomar unos mates con una de las personas que contribuyo a formarme para la vida. El encuentro fue el viernes 8 de septiembre fui a anticiparle mi saludo por el Día del Maestro.  Hoy en Rosa Cotignola de Conti, quiero rendirles un homenaje a todos quienes fueron mis maestras y en ellas a los maestros de nuestra Patria. Siempre he dicho que el futuro del país se juega en las aulas. También que se podrán adoptar los mejores sistemas pedagógicos, que se podrá incorporar la mejor  tecnología, pero hay un trabajo que ninguna maquina por sofisticada que sea podrá hacer, que es  crear el clima emocional del aprendizaje, y esa función está reservada al maestro. Puedo decir que  la Escuela fue uno de los lugares donde fui Feliz, siempre estaba esperando que terminaran las vacaciones para a ir al colegio (sufrí algunas cosas que en otro momento contaré, pero para mí era un placer ir a la escuela), reitero que la escuela fue un ámbito donde fui Feliz, y ello  se lo debo a maestras como Rosa Cotignola de Conti  entre otras.  Recordar significa volver al corazón, en ese encuentro con mi maestra de tercer grado afloraron muchos recuerdos, me imagine sentado en el viejo banco en el salón de tercer grado  y a  la Señorita Rosita explicándonos la lección del día.  Señorita Rosita, mis queridas maestras de la Escuela 18, gracias por lo que me enseñaron. Mi reconocimiento y Feliz Día a todas los Maestros  de mi ciudad, mi provincia y  de mi país”.

Saladillo 11 de Septiembre de 2017, Carlos Antonio Gorosito  Ex – Intendente Municipal.

 

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