El UPD (último primer día) que preocupa a padres, vecinos, funcionarios y docentes.-

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Cuando el UPD es un punto de encuentro que se ha copiado con una modalidad de festejo que en muchos casos es una excusa para legitimar y normalizar el consumo de alcohol y otros excesos.

En la noche previa al primer día de clases del año, algunos egresados del secundario, han tomado como modalidad desde hace algunos años juntarse y permanecer despiertos hasta el ingreso a las aulas el día siguiente, en algunos casos más tranquilos, pero en un gran porcentual, con tendencia al exceso del consumo de bebidas alcohólicas y otras sustancias; producir ruidos molestos e incidentes en la vía pública, hasta llegar al caso de situaciones violentas y denigrantes para los propios jóvenes. Esto ha marcado una tendencia a repetir que se ha expandido desde las grandes ciudades hacía el interior.

La semana pasada seguimos de cerca el tema en algunas plazas de Capital Federal y en la madrugada de este lunes en la Ciudad de Saladillo, y con un ejemplo distinto en el planteo desde la comunidad educativa de la Escuela secundaria cinco

En algunos lugares más tranquilos que otros, pero el punto en común es el consumo en exceso hasta el punto del «vale todo». Algunos padres inclusive acompañando justifican que es una «sola vez» que para muchos es una vez más.

Claro, algunos ya tienen 18 y son mayores de edad y eso representa otra complejidad a la hora de fijar los límites lo permitido y lo prohibido. Y el pacto de silencio entre los jóvenes también suele ser otra barrera infranqueable para los adultos «responsables».

«Responsables» que en muchos se ve consentir y acompañar mirando los excesos. o que prefieren hablar del viaje a Bariloche y resisten trabajar en la comunidad educativa los casos de coma alcohólicos en las previas o alguna internación psiquiátrica, fenómeno que es cada vez más frecuente entre los adolescentes.

La preocupación de los funcionarios no es menor, en Capital Federal las guardias de los hospitales dan cuenta de las estadísticas de ingresos por coma alcohólico o de ingesta de otras sustancias combinadas.

«Es un tema que nos preocupa y que no siempre nos acompañan los propios padres» expresó el Dr. Roald Devetac,rector del ILSE uno de los colegios de nivel secundario pertenecientes a la Universidad de Buenos Aires.

En Saladillo, toda la Ciudad retumbó al son de los redoblantes durante toda la noche: niños, enfermos graves o convalecientes, trabajadores, etc.

Mirando de cerca detrás se escena, pero cerca y bien entrada la madrugada se la vio a la Secretaría de gobierno, Viviana Rodriguez siguiendo al grupo de egresados acompañados también por efectivos de la Policía Distrital desde más lejos.

Hubo jóvenes que disfrutaban en relativa calma y otros que daba vergüenza ajena y uno intentaba no imaginar a los propios hijos en tan denigrantes condiciones. En la redes sociales, algunos se animaron a publicar las fotos exponen crudamente esta triste realidad.

La psicóloga Analía Emmerich sostiene que la idea es entender, no caer solamente en la crítica”, y habló de “un fenómeno social, moderno, en auge” que cuadra con el concepto de “ritual”, en relación a un pasaje de la adolescencia a la adultez, que se marca con el fin del colegio entendido como “un conjunto de acciones que simbólicamente marcan algo.

El UPD es un fenómeno que sucede y crece cada última noche y madrugada antes del primer último día de clase de los egresados y con ellos la polémica por el creciente consumo de alcohol y otras sustancias, la suciedad y los ruidos molestos. El desafío: como poner en marcha otros ejemplo de festejo y no normalizar el consumo problemático, lo que vamos a mostrar en otra nota con el planteo desde la comunidad educativa de la Escuela secundaria cinco.

Graciela Achabal, 11 de marzo de 2019.

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