¿Cuanto pesa este zapallo?
Para quien acierte o se aproxime en responder esta consigna Hugo Fredes ofrece semillas de su reciente producción de zapallos en el predio del Asilo de Ancianos de Saladillo, y así promover la importancia de los pequeños productores locales y de modalidad de producir alimentos orgánicos en espacios ociosos.
Este zapallo gigante creció en Saladillo gracias a que una amiga le dio cinco de esas semillas con las que cultivan en Tandil, que había traído de Turquía. Sólo tres semillas germinaron y de ahí las plantas dieron varios zapallos, de una de las cuales sacó este zapallo «grandote» y la planta aún está en flor. En Tandil, refiere, todos los años se hacen competencias en la Reserva Sierra de los Tigres.
«Debido a las condiciones climáticas cambiantes, con mucha variación de temperatura y muchas precipitaciones, la producción no fue numerosa. Pero este es el primer año que los cultivo, quizás el año próximo la calidad y cantidad sea mejor, hasta que se «aclimate» la semilla a nuestro clima y suelo», explica Hugo.
En Tandil, también hay producción bajo cubierta con ejemplares que superan los cincuenta kilogramos y este tipo de competencias es una clásica costumbre en Estados Unidos, en California particularmente, donde producen zapallos verdaderamente gigantes.
¿Qué proyectos tenés en camino y cuales por desarrollar?.–
Con proyectos nuevos la idea es dar a conocer estos temas, lo que son talleres y cursos de huerta, jardín, invernaculos. Nosotros explicamos en base a la experiencia que vengo desarrollando por ejemplo ahora en cultivo extensivo en el Asilo de Ancianos de Saladillo.
También, estamos incorporados en otros grupos de productores, en Guaminí, donde estamos produciendo en forma agroecológica, estoy integrando esa red junto a Carlos Borgognoni; y en el conurbano bonaerense voy a distintos lugares a brindar asesoramiento para iniciar este tipo de practicas productivas.
Ahora, en Saladillo están en la escuelita de «Gingos Musiqueros» con los talleres y cursos. Hoy, sábado 20 de mayo es el tercer encuentro en el que van a ver cactus y preparación de plantas. «La idea es hacer conocer estos temas para que la gente pueda volver a lo natural, volver a consumir los alimentos que provienen de la tierra en forma natural, sin agroquímicos, y capacitarla», refiere Hugo.
Este año nos invitaron de la Escuela Media N°2. Allí están haciendo una huerta, cinco divisiones, y estuvimos mostrando las problemáticas de los productos contaminados y lo que venimos desarrollando como alternativa, demostrando que se puede y que sabemos que el 80% de los alimentos que llegan a nuestros hogares provienen de pequeños productores, no de grandes sojeros.
Dimos charlas durante el año pasado en la Escuela Media N°5, en Escuela de Polvaredas «Susana E. Soba» y en breve en la Escuela «Madre Teresa de Calcuta».
Estamos abiertos a cualquier oportunidad en la que nos llamen para ir a brindar charlas o asesorar.
Informe sobre contaminación de la producción que salía del Mercado Central de Buenos Aires. ¿Es posible volver a lo Natural?.
Hoy en día la mayoría de los estudios académicos para producciones intensivas vienen en base a una formula y a una receta que es en base a agroquímicos. Sabemos todos los problemas que acarrean. a nivel nacional lo han publicado todos los medios: TELEFE, Canal 13, América, Canal 26, todos dieron a conocer la problemática de los agrotóxicos sin control. El 3 de mayo se dio a conocer el informe de Senasa que da cuenta de 2011 y 2013 donde da cuenta que más del 60% de la verdura estaba contaminada. Esa verdura era proveniente del Mercado Central. ¿Por qué? Porque no hay trazabilidad, inspecciones, control, nada. Entran y salen camiones con frutas y verduras, nadie puede dar cuenta de donde vienen ni a que lugar van. Como sabemos nuestra ciudad también consume productos traídos desde allí, con el costo que ello le suma en transporte al precio de venta.
Nosotros pedimos apoyo para producir aquí, en nuestra Ciudad, para pequeños productores como nosotros y desarrollando las economías locales.
En 10 hectáreas o 15 estas desarrollando un cultivo que puede abastecer a Saladillo y te da un sobrante para ofrecer en otras ciudades o mercados. El alimento que le estás dando a las personas es natural y también con los productos de hoja verde vas a ver una hoja resplandeciente y no toda desmerecida, como cuando llega luego de recorrer kilómetros, en el fruto lo mismo. Por cosecha tenes una perdida de peso del producto por deshidratación. En cambio la producción local te garantiza que el producto llegue directo del productor al consumidor.
Y la otra cuestión que trae aparejada es la de fomentar el trabajo. Acá en el ejemplo dado de 10 a 15 hectáreas podrían tener ocupación más de 20 familias para trabajar en la huerta, cerca de 40 personas con ocupación en la producción. Esto estaría desarrollando una economía familiar muy buena.
¿Hugo, de quien aprendiste a cultivar la tierra de esta forma?
Aprendí de muchas personas. Muchos de ellos sobresalientes profesionales formados academicamente que me impresionaron en sus logros y en sus hazañas intelectuales.
Sin embargo, los que más me influenciaron no fueron los que me enseñaron basados en sus logros académicos o en sus libros pedagógicos. Los que más influyeron en mi fueron los que me enseñaron con sus cicatrices, con sus experiencias, el que me dijo «yo lo pasé».
En mi opinión no hay mejor cosa que aquel que logra empatía mostrándote las cicatrices: «mire: estas son las cicatrices de la vida. Algunas que me equivoqué, otras de batallas bien ganadas, otras de batallas perdidas», pero cicatrices al fin, porque son las que predican. Las heridas siempre van a predicar más que tus palabras, son tu testimonio más resonante.
20 de mayo de 2017,
Graciela Achabal.