
«Humildad, pasión y sabiduría».
El sábado 10 de junio pasado latió él Teatro Marconi con grandes artistas que pasaron por él dando lo mejor de sí: “Gingos Musiqueros”, Lucho Coppari, Melén Sarramone, “Los cantores de saladillo”, Academia de Tango “Loca”, Gabriel Fanessi, Agrupación “Ceibal”, Grupo “Treból”, Lucho García, Juan Carlos Banegas, Agustina Banegas, Gustavo Madeja y Diamante Azul.
Y latió más fuerte con el homenaje al maestro Oscar Domínguez, a quien la artista plástica Valeria Di Pascuale le realizó y entregó un retrato. El motivo: la amplia trayectoria nacional e internacional como director de orquesta, músico, compositor e intérprete de tango y fundador de la “Agrupación de Bandoneones Saladillo”.
“Agradecido a los chicos por el homenaje, por la sorpresa. Una satisfacción. No me gusta mucho porque suena como pedante. Pero como viene de otra generación, uno lo recibe con gratitud porque no conocen lo que uno ha hecho”.
Con respecto al espectáculo en si, Oscar refirió que «Hay cuestiones lógicas de un espectáculo tan variado y con tantos artistas. Trato de apreciar a todos. Se dio la particularidad de que la gente iba a ver lo que quería. Lo que más le interesaba. Trato de tomar lo que más pueda».
Los organizadores no estaban muy contentos, Oscar estaba mirando el programa “Convergencias” que se emite los lunes a partir de las 23 por canal 5, cuando en la entrevista musical con los invitados del “Saladillo Late”, surgió el tema del homenaje.
En la conversación con Oscar para esta nota, el comentario desata la risa porque se suma a otra anécdota que él tiene en nuestro programa, y dice picaramente: “Si, fue igualmente una grata sorpresa. Me gustó muchísimo lo que hizo Valeria. Un cuadro espectacular. Es un sentimiento satisfacción del que brinda y del que recibe. El que da y el homenajeado”.
No le tocó trabajar: “Uno está muy curtido. Yo estaba sentado entre el público. Vas después de fulano, me dijeron. Resulta que fulano, que iba delante mío se retrasó y tuve que salir corriendo. Así que subí al escenario sin pensar”.
“Si no sentís un poquito de nervios es porque te está faltando algo. En todo artista hay una procesión por dentro cuando sube a un escenario. Por eso está bueno el pos, ya distendido ya aflojado todo”.
“El retrato es exacto. El detalle del paño. El pedacito de paño, de dimensiones reales. Es una foto, lo que ha hecho Valeria. Puse el cuadro en mi oficina, que es mi cueva, donde paso casi todo el día escribiendo música para muchos lugares. Ahí están todos mis tesoros, es mi mundo, en lo que atañe a mi trabajo. Mi familia es mi tesoro más grande, claro. Mi oficina es el lugar donde más tiempo estoy, que de a ratos convive mi familia y pasan mis amigos. Es mi cueva de la música. Hay muchos lugares referidos a la músicas que se llaman así. Para Oscar es: “un refugio para quienes aman la música o el arte en general. Donde uno desarrolla su actividad diaria, que a uno le gusta, donde escribo, escucho y hago música, mi mujer me ceba mate”.
Preguntado sobre como lo encuentra este homenaje en este momento de su vida, Oscar detalla que es “Una repartición de situaciones. Como en Colombia. Son grandes satisfacciones por las cuales me siento agradecido, y por las cuales no puedo decir no va más. Mientras, yo sigo todos los días como si tuviera 20 años y seguiré haciendo mientras pueda lo que me gusta”.
Varios meses atrás, Gustavo Madeja y Leandro López Carando, los organizadores de esta edición 2017 de Saladillo Late”, llamaron a la artista plástica Valeria Di Pascuale para invitarla al evento y pedirle si podía pintar una obra en vivo que se daría en el homenaje a un músico local. Luego, Valeria decidiría hacer la obra antes, porque no daban los tiempos para hacerla en vivo. Y un par de semanas atrás, le avisaron que el homenajeado sería Oscar Domínguez, a quien los organizadores tendrían que asegurar estuviera en Saladillo el día del homenaje.
“Creo que fue el mes pasado que se hizo una muestra de Saladillo en la casa de la Provincia de Buenos Aires. Fui y saqué fotos, entre otras, a Oscar, sin saber que sería la persona que me tocaba homenajear con una obra”, menciona.
“Cuando Leandro me confirma que era Oscar, fue una alegría, porque me encanta lo que hace, además es un ser extraordinario. Podría haber pintado cualquier cosa, pero me pareció que una de las fotos que le había sacado estaba espectacular para pintarlo. Si no era en esta ocasión seguramente lo hubiese pintado igual. Él y el bandoneón son uno solo. Transmite mucho cuando lo toca, es un artista con mucha trayectoria, conocimiento y pasión por lo que hace. Eso se nota cuando se toca el bandoneón”, agrega.
La obra está realizada al óleo sobre tabla, y mide 50 cm x 60 cm. Y fue realizada en tres días.
“Normalmente lleva diez días o una semana, es más razonable ese tiempo, es mucha emoción por supuesto. Le pongo la misma conexión a todos algunos cuestan más porque no conozco a la persona, este fue más rápido porque la conexión ya se había dado en el momento que lo fotografié, creo que ahí es donde me emocioné o me llegó de alguna manera especial lo que él hace”.
«En cada retrato trato de captar la esencia de cada persona, no estoy en el detalle de la arruga o si tiene un pelo más o menos, traté de retratar su alma, su pasión, su gesto, lo que nos llega a todos cuando lo escuchamos».
Dos características captadas de primer momento:
«Humildad, pasión y te agrego sabiduría».
«Y cuando se lo di me encantó su cara de sorpresa y felicidad. La mejor parte de dar un retrato es ver la emoción de la otra persona, si logro eso, entonces valió la pena. Me dijo que estaba feliz y que lo iba aponer en un lugar importante de su casa».
«Fue un espectáculo fantástico, muy bien organizado, dinámico y muy variado. Me alegra que gente joven empuje este tipo de eventos, es una idea muy buena mostrar varias disciplinas, espero que se repita, muy feliz de haber sido parte del primero, y muy agradecida con Leandro y Gustavo. Siempre es importante mostrar lo que uno hace, cuando se quiere o pretende vivir de lo que uno ama. Y es muy bueno que el municipio apoye este tipo de cosas», finalizó Di Pascuale.
Como corolario, Gustavo Madeja, uno de los organizadores refirió que “el balance fue muy positivo, salió todo profesional, que era lo que buscábamos. La gente necesitaba este festival y nos hizo saber a través de su presencia y con el apoyo de la comunidad con distintos gestos. La prensa también nos acompañó y eso hace que para el año que viene la vara este más alta”.-
13 de junio de 2017.-