Encuentro en Argentina. Es la primera vez que la canciller Merkel viene a nuestro país y es su séptimo viaje a América latina –
En un momento particular de la Unión Europea (UE), entre atentados terroristas, la llegada masiva de inmigrantes y refugiados, el Brexit y un creciente euroescepticismo, la visita oficial a la Argentina de la canciller alemana, Angela Merkel, quien llegó esta mañana a Buenos Aires, alimentó durante meses la expectativa de muchos. Hacía 15 años que un jefe de Gobierno de Alemania no venía al país.
Con el telón de fondo de las negociaciones del tratado de libre comercio entre el Mercosur y la UE, los preparativos de la cumbre de jefes de Estado y de Gobierno del G-20 -que tendrá lugar en Hamburgo el 7 y 8 de julio-, la transición entre las presidencias alemana y argentina dentro de esa organización y la reunión ministerial de la OMC que se realizará en Buenos Aires el próximo diciembre, la llegada de Merkel marca un hito en la relación bilateral entre Alemania y la Argentina, según coincidieron diplomáticos, expertos en relaciones internacionales y referentes de la comunidad alemana en el país consultados por La Nación.
«El desplazamiento de Merkel a nuestro país en este momento está claramente evidenciando una vocación por jugar un papel global y también es una señal de que la relación con nuestro país ocupa un lugar en ese escenario», consideró el embajador Alberto Luis Davérède, coordinador del Comité de Asuntos Europeos del Consejo Argentino para las Relaciones Internacionales (CARI).
«La relevancia internacional de Alemania se ve en este momento incrementada por el papel decisivo que este país está llamado a desempeñar en el diseño de una Europa que tiene en muchos aspectos que rejuvenecerse y reinventarse», planteó Davérède.
Estuvieron de acuerdo en esta visión de la visita de Merkel otros diplomáticos de carrera y funcionarios de la Cancillería. «Esta visita cobra particular importancia», dijeron fuentes del Palacio San Martín. Todos convinieron en que el vínculo con Alemania es «significativo» y en que «aún puede profundizarse» en muchos aspectos. Mencionaron inversiones, intercambio científico y cultural y temas como la protección del medioambiente y los derechos humanos.
Mariella Franz, representante en la Argentina de la Fundación Hanns Seidel, cercana a la Unión Social Cristiana y con oficina en la Argentina desde hace siete años, sintetizó: «La última vez que estuvo de visita el canciller federal fue en 2002; pasaron 15 años durante los cuales no vino [a la Argentina] el jefe de gobierno de Alemania, el país más potente de toda la Unión Europea».
«Europa y Alemania se dan cuenta hoy del rol de la Argentina para empujar las negociaciones» del tratado de libre comercio entre la UE y el Mercosur, «un objetivo muy importante y que no pudo avanzar durante años, quedaba congelado», dijo al periódico La Nación.
La relación bilateral.-
En junio del año pasado, la canciller Susana Malcorra recibió en el Palacio San Martín a su par de Alemania, Frank-Walter Steinmeier, entonces ministro de Asuntos Exteriores y hoy presidente de la república. Ambos coincidieron en reforzar el vínculo bilateral. «Históricamente, Alemania ha sido un socio importante en lo comercial y en las inversiones de sus empresas. Ahora hay oportunidades a partir de los planes de infraestructura que está lanzando la Argentina y que nos abren un espacio nuevo», dijo Malcorra.
Steinmeier fue más allá. «No tenemos que reinventar las relaciones argentino-alemanas», sostuvo. Habló de «un nuevo ímpetu» y destacó la «agenda de visitas más que asidua». El entonces ministro alemán agregó: «Hay un gran interés mutuo».
Acompañado de una nutrida delegación de empresarios y de representantes del ámbito universitario, de la ciencia y de la cultura de Alemania, Steinmeier aseguró que veía en la Argentina «un socio que tiene no sólo interés sino que está poniendo todo de su parte en forma activa» para enriquecer el vínculo bilateral y para que las negociaciones con la UE llegaran a buen puerto.
En julio de 2016, el presidente Mauricio Macri se reunió con Merkel en Berlín. Durante esa visita se suscribieron nueve acuerdos bilaterales. En septiembre de 2016, el entonces ministro de Economía alemán y hoy titular de Asuntos Exteriores, Sigmar Gabriel, participó en Buenos Aires como invitado de honor en el Foro Internacional de Inversiones.
En 2016, Alemania fue el cuarto socio comercial de la Argentina. El intercambio bilateral ascendió a 4325 millones de dólares, casi un cuatro por ciento del comercio exterior de nuestro país, según cálculos de la Cámara Argentina de Comercio y Servicios. Durante el primer trimestre de este año, las exportaciones hacia Alemania alcanzaron los 348 millones de dólares, mientras que las importaciones desde ese país fueron de 955 millones de dólares.
Además, Alemania está décimo en el ranking de Inversión Extranjera Directa (IED) en la Argentina, con un stock de 2315 millones de dólares según un informe de la Agencia Argentina de Inversiones y Comercio Internacional.
El mes pasado estuvo en Buenos Aires la presidenta del Bundesrat (el Senado alemán), Malu Dreyer, quien llegó acompañada por una delegación de 50 empresarios. «Argentina es un socio importante para Alemania. Estamos muy contentos de que se dé una nueva apertura en este país», resumió antes de su encuentro con Macri. En julio próximo, el vicedirector del Bundestag (el Parlamento alemán), Ulrich Schöler, participará en Buenos Aires del Primer Foro Parlamentario sobre Relaciones Internacionales y Diplomacia Parlamentaria en América Latina, impulsado por la Fundación Hanns Seidel y el Congreso de la Nación .
Foto: Berlín, julio de 2016: la canciller alemana, Angela Merkel, y el presidente Mauricio Macri / © Wolfgang Kumm / DPAWolfgang Kumm / DPA