
Entre retóricas que revictimizan a personas con capacidades diferentes o a quienes han padecido incapacidad; que se rasgan las vestiduras por los jubilados y hacen circo con una trágica muerte; y los hechos de violentos a cara tapada que copan la calle a los palos, y, los que amenzan con parar el país.
Se vienen meses de contienda electoral y la encrucijada discursiva y la acción parecen encaminadas a embarrar la cancha, lo que sigue siendo la estrategia favorita de algunos sectores. De esos sectores conocidos que sólo se sienten más piolas o estrategas haciendo política desde la función pública y con la estructura del estado, o manejando los hilos del caos detrás de bambalinas, considerándose los dueños de «hasta donde», y, presentándose como los salvadores del pais.
Mucho no importa que los que pierdan y los que ganan sean los mismos. Siempre inexorablemente pierde el pueblo. Siempre ganan los que no tienen nada que perder, o acaso la elección, o renovación de sus bancas, dieta, fueros, impunidad, en fin … Claramente en una escala distinta a la de los sectores vulnerables que dicen representar. Pero ese es otro tema. Siempre, también, queda justificado, a las pruebas nos remitimos en las últimas sesiones del Congreso Nacional donde, como último ejemplo indubitable de ello la mayoría del arco político votó y aprobó el «dietazo».
Necio el que niega que muchas personas sufren en nuestro querido país, que la pasan mal, que llegan a fin de mes contando las monedas, que a la salud pública le falta y la prepaga le salva la vida a algunos, que la educación agoniza, la pública fundamentalmente, que la justicia es una puesta en escena con funcionaros públicos judiciales más atentos en respetar los acuerdos del statu quo que la búsqueda de la verdad.
¿Quien puede negar que algunos males de nuestro país existen desde hace años, cronificados? Y, los que los ven ahora, ¿dónde estaban hace 5, 10 o 15 años?
Dónde estaban o para dónde miraban, que sus ojos no veían: las personas en situación de calle, mendigando; el crecimiento de la probreza estructural cuya evidencia irrefutable tenemos en la multiplicación de los barrios de emergencia reductos del narcotráfico, los más visibles convertidos en ciudades como la villa 31 de retiro, la 1-11-14 de Bajo Flores, «La Cava», «Ciudad oculta», pero que suman en el territorio bonaerense más de 1500 asentamientos; los hospitales devastados, y abuelos morirse por falta de medicamentos o atención o sin percibir nunca un bendito reajuste por la decisión politica de apelarlos desde el estado.
¿Dónde estaban? me regunto mientras los escucho ahora conmovidos paseando por los programas de tele o de radio.
La pulseada pareciera planteada en términos emotividad Vs acción politica/propuestas concretas. La sensibilidad, es otra cosa, es la capacidad de percepción de lo que le pasa al otro y de actuar en consecuencia. En la propuesta de emotividad incluso hay algo de caprichoso: esa es la única verdad, y «soy la única opción que puede sacarlos de este lío».
Poniendo nombres propios.
El planteo del presidente Macri y su gabinete no ha encontrado el punto en el cual el planteo de políticas públicas llegue a vastos sectores sociales, con desaciertos en algunos casos que han sido subsanados, y con alguna incapacidad de percepción. El gobierno tiene un dilema de cuadros políticos y/o técnicos sin resolver y con su principal aliado la UCR, cuyo aporte politico y territorial se relativiza. Ha planteado el eje en la corrupción en un contexto general previo en el cuál la administración de la cosa pública ha sido bastardeada y la falacia discursiva ha sido la principal herramienta de continuidad.
En la oposición apareció Cristina Fernández, casi pasando por alto que ha estado en la función pública ocupando los cargos de mayor definición política en los últimos años, e ininterrumpidamente desde hace dos décadas. Recién ahora parecen percibir algunas cuestiones estructurales como la pobreza, el narcotráfico o la criminalidad. Es sin dudas Cristina la protagonista de una división interna con su ex ministro del interior Florencio Randazzo, que ni los propios entienden, y que han calificado de sorpresiva, si verdaderamente el objetivo es ganarle a las políticas neoliberales de Macri. Randazzo intentará diferenciarse de Cristina y ella, que por ahora lo ignora, intentará captar al electorado con la emotividad cargada de golpes bajos en las penurias del oficialismo, y con el control de la calle, más que con propuestas.
En la alianza Massa-Stolbizer, no con menos revuelo interno, aspiran a sumar el electorado antikirchnerista y a quienes se sienten defraudados por el oficialismo. En el marco de sus diferencias han planeado, por lo pronto, una oposición de propuestas programáticas.
Esto recién empieza, habiendo trancurrido tan sólo la primera semana luego de la oficalización de las listas para unas PASO (Primarias abiertas, simultáneas y obligatorias) el 13 de agosto, que no serán tales, ya que las internas se resolvieron antes o, las que no se resolvieron, presentaron listas aparte que, si consiguen el piso del 1,5% del padrón electoral, mantendrán en escena los mismos actores hasta octubre. Es decir, millones de pesos destinados a pagar presidentes de mesa, urnas, boletas, etc. ¿para votar qué?
2 de julio de 2017,
Graciela Achabal.-