Algunas miradas sobre lo que pasa en el INCAA.-
El Ministro de cultura e la Nación Pablo Avelluto declaró que desde el Gobierno se apunta a un cambio profundo y criticó al ahora ex presidente de la institución de cine Alejandro Cacetta porque «no se animó a meterse en bolsones de irregularidades que subsisten en el Incaa desde hace muchísimos años y nosotros estamos dispuestos a ir a fondo», aunque dijo que confía en él y que lo considera un hombre honesto. «Cuando llegás a la administración pública tenés que saber que te vas a encontrar con gente que no quiere que las cosas cambien».-
Por su parte, el Jefe de Gabinete del Poder Ejecutivo Nacional Marcos Peña, se refirió a la situación del INCAA a traves de su cuenta de facebook: «ante los mensajes que circulan por las redes planteando que tenemos un plan secreto para destruir al cine nacional y que la remoción de Cacetta es el primer paso para eso», que es «una gran mentira sin ningún fundamento que querramos desfinanciar al cine, al teatro y a la música». Y remarcó que «no hay ningún plan ni intención de eliminar ni modificar el Fondo del Cine, del teatro o de la música. Es lo mismo que quisieron instalar en 2007 cuando dijeron que íbamos a cerrar el BAFICI (¿Se acuerdan?), o que íbamos a cerrar el Teatro Colón (2008), o que íbamos a dejar de hacer las obras para el Complejo Teatral San Martín, que íbamos a cerrar el CCK y Tecnópolis u otras innumerables mentiras que fueron cayéndose solas con la evidencia. Han intentado durante años que los prejuicios que tenían sobre nosotros se verifiquen en la realidad. Como no pudieron, ahora convocan a resistir supuestos planes ocultos que no existen».
Alejandro Cacetta, el presidente saliente del organismo, dijo que «Nadie se va a inculpar, que lo determine la oficina antcorrupción, a mi nombre ya lo han ensiciado. Telefonicamente a mi me comunica que me vaya Pablo Avelluto. Venimos trabajando sobre estos temas. Hemos contestado todo lo que nos han pedido, pero evidentemente no era lo que se buscaba. Se sigue hablando del tema de corrupción cuando claramente no puedo estar involucrado, tengo el aval de todos mis años de trayectoria. Todo tiene su justificación con el porque de los viajes -en referencia a gastos de viajes y hoteles que el instituto maneja con un presupuesto anual total entre 1500 o 2000 millones que administra con delegación de firmas-. Le parece que se puede comprar un sillón por $300.000?. Esto es muy injusto, muy denigrante. Que la auditoria determine si hubo anomalías o que se determine alguna responsabilidad. No vengo de la política ni voy hacia la política».-
La Asociación de Directores Cinematográficos (DAC), en septiembre de 2016 publicó una carta en la que expresaban los motivos de su renuncia al Consejo Asesor del Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (INCAA). Las funciones del Consejo Asesor del INCAA consisten en aprobar o rechazar los actos realizados por su Presidente. Así lo establece con gran claridad en su artículo 5º la Ley de Cine vigente. Desde el año 2002, en que el INCAA recuperó su autonomía y manejo de fondos, de una manera u otra, estas precisas funciones del Consejo Asesor fueron siempre incumplidas por las cinco gestiones a cargo de la Presidencia, incluyendo la actual.
Con fecha 16 de abril, la D.A.C nuevamente hizo pública otra carta que se transcribe a continuación:
«INCAA – GRAVE SITUACIÓN INSTITUCIONAL – Domingo 16 de abril de 2017. A LA OPINIÓN PÚBLICA: Ante los hechos que son de público conocimiento y que amenazan el normal desarrollo de la actividad audiovisual nacional, DAC – Directores Argentinos Cinematográficos – expresa su más absoluto rechazo y repudio a las formas con las que el Gobierno Nacional ha decidido, sorpresivamente, llevar adelante una violenta intervención de un Ente Autárquico como lo es el Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales, organismo consagrado por Ley y Patrimonio Cultural de todos los argentinos. Aún cuando se pretenda disimular, el verdadero objetivo que provoca toda esta desmedida y sobreactuada reacción oficial es el Fondo de Fomento, quien sustenta toda la actividad de la producción audiovisual. Estos fondos están conformados por aportes fijos establecidos en porcentajes según la Ley de Cine 17.741, sancionada en 1968 y reformada en 1994 por el Congreso de la Nación, con la incorporación del aporte económico de la televisión. Ley ejemplar la citada, que fuera principalmente impulsada por DAC en una histórica lucha a la que se sumaron, uno a uno, los distintos sectores de la cinematografía, certificando así el unánime consenso de toda la industria. El Instituto Nacional de Cinematografía pasó entonces a ser Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales. Desde entonces, el mundo entero ha sido testigo del desarrollo de nuestro Cine Nacional y de su valoración en todas las pantallas, afirmando el crecimiento de su público y de toda la industria audiovisual y cultural que representa. Solo tienen cine aquellos países que lo protegen, y privilegian su producción como actividad promotora de su cultura nacional y su historia, para los argentinos y para todo el mundo. En Argentina, los fondos de fomento cinematográfico provienen en parte del 10% del valor de la entrada que paga el espectador para ir al cine, y otra parte mayoritaria deviene del Canon que pagan las empresas concesionarias de radios, canales de televisión abierta y cable, para poder utilizar las señales que son de nuestra nación y gracias a las cuales esas empresas obtienen su lucro comercial. Es posible que una nueva ley llamada de Convergencia, promovida por el Poder Ejecutivo, que dejó sin efecto la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual haciendo uso de un Decreto de Necesidad y Urgencia – DNU – cuya presentación al Congreso ha sido aplazada para después de las elecciones, cambie el status de los canales de cable a compañías de telecomunicaciones, con lo cual ya no deberán cumplir con el pago del Canon establecido por la ley. También según la reformulación del Sistema Tributario Argentino propuesto por la consultora económica FIEL que obra en poder del Gobierno Nacional a su pedido, como consta en el Boletín Oficial, estas corporaciones podrían ser eximidas de este tributo igual que ya lo han sido otras de rubros mineros y agrícolas. Para que el INCAA no sea obstáculo el día en que fuera así desfinanciado, ahora se trataría de vaciarlo. Si ese fuera como parece el verdadero objetivo de la situación desatada, DAC defenderá junto a la Multisectorial Audiovisual que conforma, en conjunto con todas las instituciones nacionales, y con las más firmes acciones a su alcance, la plena vigencia de la Ley que contribuyó a crear, los fondos de Fomento Cinematográfico, la existencia del INCAA, su Autarquía, y también la continuidad de la magnífica tarea de la ENERC como irremplazable institución de la educación audiovisual argentina. No es posible hoy confiar en quienes con una falta de diálogo absoluto, con objetivos poco claros que se amparan en reformas en búsqueda de una llamada transparencia, toman casi por asalto el INCAA, olvidando todo su significado histórico y avanzando sobre los fondos que le son propios a la actividad de la Producción Audiovisual Nacional. Decididamente esto no debe permitirse jamás».
16 de abril de 2017,
Graciela Achabal.-