A una semana de la detención del gendarme argentino Agustín Nahuel Gallo por parte de las fuerzas de seguridad de Nicolás Maduro, la familia denuncia que no pudo tener ningún tipo de contacto con él y que se le negó el acceso a una legítima defensa a través de sus abogados.
Desde el Gobierno evalúan la situación y ven cómo Nicolás Maduro ha ido incrementando la presión con terceros países, tras la detención de otros ciudadanos extranjeros, como es el caso de colombianos y peruanos.