
Con solo 18 años a Santiago Herrera se le encendió la lamparita cuando un profesor de química le habló de electrólisis. Ahí se le ocurrió lo que posteriormente sería un proyecto para una feria de ciencias de una escuela agrícola de Salta: una moto que funciona con agua salada.
El sistema en realidad es electrónico, de bajo voltaje, algo que armó con un elevador de tensión, una resistencia hecha con caños de cortina y un frasco de vidrio cerrado herméticamente, conectado al carburador.
Santiago bautizó a su proyecto “un paso verde a la vez”, ya que lo piensa como una solución ecológica que permitiría cambiar la industria automotriz, especialmente en un contexto como el actual con el aumento del precio del petróleo. La moto fue fabricada en 2019, pero ahora volvió a subir el video a sus redes y se viralizó
La electrólisis lo que hace es dividir las moléculas del agua, separando el hidrógeno del oxígeno con la electricidad. “Mi proyecto consiste en usar agua sucia o agua de mar para hacer electrólisis, separando las moléculas de hidrógeno y las del oxígeno. Lo que usamos como combustible es el hidrógeno, que tiene alta volatilidad comparado con combustibles fósiles”, explicó el joven salteño.
Lo de un paso a la vez también se puede vincular al diseño de la moto. Aunque es funcional, la hizo con los elementos que consiguió, la mayoría partes de motos viejas que recicló. Pero el tanque por ahora es de vidrio, algo peligroso porque podría estallar. Su idea es usar uno como los de GNC, para resistir mayor presión y un inyector que vaya directo al cilindro.
Fuente: Tn.