«Nació queriendo demostrarme que lo ´Supuestamente inútil o tirable´, puede reciclarse y resignificarse».-

El sábado 15 de abril en la Fundación Soba-Parrondo se abre al público  a partir de las 19:30 la muestra «Yacer en las formas»,  de la artista plástica Raquel Caparrós, que estará abierta los  Sábados y Domingos de 19 a 21 hasta el 6 de mayo.

A primera vista el título de la muestra  propone indagar más allá de la propia expresión artistica de las formas  tan sólo como  marchas,  líneas u  objetos. «Yacer en las formas» deja abierta varias perspectivas. Para  focalizar en alguna,   la referencia  de Gino Germani desde la sociología  «… la sociología y las demás ciencias sociales han aceptado la noción de todo o de forma, pero en sentido naturalista, es decir, como hipótesis (a comprobar) de la existencia de determinadas correlaciones». Franco Damiano, sociólogo, doctorado en Ciencias Sociales de la UBA refiere que las personas en su vida diaria realizan una gran acumulación empírica acerca de las relaciones humanas que termina por conformar su experiencia, la cual le permite luego comprender la realidad -en apariencia- sin mediación alguna. Las uniformidades de conducta y las reglas implícitas que constituyen el producto de las necesidades de la vida en común y que son «comprendidas» por el sujeto se tornan acríticas, no reflexivas o automáticas. «Una de las tareas de las ciencias sociales es justamente la de obtener una descripción de tales normas tal como se dan en la conciencia común y la de verificar su correspondencia con los comportamientos y las actitudes observables» ( Germani, G. 1962, La sociología científica. México, UNAM).-

Pero Raquel Caparrós nos sorprende con su simpleza y el enfoque desde otro lugar. Cuenta que la idea y el título de la muestra «le surgió a mi curadora,  Florencia Buezas, conocida también como Flora, y de una,  ella fue quién me impulsó para el afuera. Con ella empecé a manchar después de tantísimos años de no hacer casi nada. Leyó algo que garabatiee sobre como reacciono frente a las formas y me vio inteactuar yaciendo en ellas» refiere.

Jugando con la idea de la formación «formal»,  lo paradojico aquí es que Raquel transitó por Bellas Artes en La Plata, pero en esta etapa de su vida y reencuentro con la producción artística se definió «queriendo demostrarme que lo «Supuestamente inútil o tirable», puede reciclarse y resignificarlo», lo cual es absolutamente significativo en un ida y vuelta de significancias entre la propuesta, la obra y las vueltas de su propia vida artística.

«Estuve haciendo talleres de telar, expuse hace muchos años. Fue muy lindo pero dejé. Hice vitrofusión, entorpecido por salud de mis manos (túnel carpiano) lo que  implica nada de grandes esfuerzos y pesos. Dos años de diseñar joyas y muchos colgantes y otros,  lo que también me gustó. Pero no tuve otra salida que vender el horno profesional». «Después vino larga pausa, mucho trabajo lindo. Ya jubilada, ahora,  otra renovada etapa».

«Empecé con el sobrante, con los restos que quedaron cuando plotee un asiento del jardín, que lo plotee con formas circulares, las que me gustan.  Si observás el cuadro encontrarás círculos grandes y pequeñitos que fue mi pedido a los chicos de la Gráfica. Al sacar los círculos me quedaban formas que mantuve e intervine modificándolas. Los círculos fueron para plotear mi asiento, lo que queda en el papel, lo transformé en un cuadro».
Ato causalidades, nomas ¿Te encontró, justo en la calle, una curadora «cartoneando» frente a grafica A.F?

«Yo estaba con Flora Buezas y vimos ese material ahí tirado. Le dije: ¡me lo llevo!». «Ahí nos encontramos las formas y yo».

De encuentros y causalidades también se nutre esta muestra. «Creo en ello» confiesa Raquel y narra  el momento en el que se gestó esta iniciativa: «pasaba por calle Belgrano y en el árbol frente a Gráfica A F. me encontraron ellas:-apiladas, caóticamente ostentosas, intrigantes, en su cajacuna. Así el comienzo con los materiales que reciclé. Pero también trabajé con acrílicos, ejercicios freepla y para ablande de manos, unos terminaron siendo serigrafías».
De encuentros porque no sólo se encontró con sus materiales en la calle, sino que también se reencontró con su actividad artística después de muchos años de haber dejado ese camino y de haberse inclinado por la  docencia  artística  para luego ser Directora de la Escuela de Educación Estética.  Durante muchos años se inclinó a su  vocación y dedicación a la tarea  en el Instituto de Formación Docente N°16 dando artística para futuras docentes, además de ejercer en Escuela N° 38, y con Polimodales en la Escuela Técnica.

El arte  genera esa mezcla de sentidos, de perspectivas palpables y otras intangibles.    La sensibilidad de percibir y transportar a la obra  más allá.

Como expectativa de transmitir algo, Raquel piensa unos segundos y concluye en  que su expectativa puede ser mostrar  «Que todo se puede resignificar, como cuando lees un libro y con tu lectura hacés una interpretación diferente a la del autor. Yo a «lo tirable» lo volví útil jugando con diferentes formatos, materiales y forma de tratarlos para buscar una estética diferente».

Raquel Caparró expondrá  50 trabajos de su obra en  dos salas de la Fundación Soba-Parrondo: «Con diferentes estéticas pero desde el principio al fin, cuentan como terminó jugando con las formas. Desde cuadros iniciáticos con Flora, manchas, abstractos, pasando por pequeños dibujos lineales que hago en pequeño formato (papelito engomado para poner mensajes en mi heladera) y otros hasta llegar a varias esculturas».
Poniendo en palabras lo que siente al exponer en la casa de Susana Soba, Raquel Caparrós  expresa: «Ella era  una hipersensible. Tan profundamente vivía todo, tan intensa. Estar allí  es un privilegio. Estar invitada por Flor y  Jorge Di Zeo en nombre de la Fundación Soba-Parrondo, un regalo del cielo. Y sé que ella andará revoloteando por allí. Fue la madrina de nuestra escuela:-que patito feo!!! fue una bella transgresora».

«Me saqué en un  sorteo el collage que ella hizo, guauuuu suertuda, ¿¿no???

12 de Abril de 2017,

Graciela Achabal.