Entrevista a Marcelo Pereyra: «Los museos hoy están más integrados a la comunidad y vinculados al presente. Han dejado de ser un repositorio de cosas viejas y bichos embalsamados».

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«En los museos tradicionales se exponían colecciones de toda índole. En la actualidad se trata de un trabajo colectivo, en el que en la diversidad de actores (equipo del Museo, comunidad educativa, distintas áreas municipales, instituciones de otros ámbitos, y los propios vecinos con sus aportes y donaciones) vamos seleccionando y dándole el perfil al museo que queremos mostrar».

Entrevista a Marcelo Pereyra en el Día Internacional de los Museos.

Museos e historias controvertidas, esos lugares que pueden decir lo indecible, lo  que permite aprehender lo incomprensible de los pasados dolorosos inherentes a la humanidad. Papel este que cumplen los museos que,  poniéndose al servicio de la sociedad, pueden convertirse en centros de pacificación de las relaciones entre los pueblos como puntos de mediación y de  pluralidad en las  expresiones.

Igualmente, tantas funciones como imaginemos podemos encontrar en esos recovecos, y,  entre ellas también poner de relieve  la aceptación del pasado, doloroso muchas veces,  que constituye un primer paso para imaginar un futuro.

El Día Internacional de los Museos se celebra el 18 de mayo en todo el mundo desde el año 1977. La designación de tal día fue el resultado de la resolución tomada en la XII Asamblea General del ICOM (Consejo Internacional de Museos) en Moscú. Cada año el ICOM elige un lema para aglutinar en torno a él las iniciativas que se organizan en todas las instituciones para esta celebración.

Cerca nuestro, Marcelo Pereyra junto al equipo del Museo de Saladillo, nos aproxima a esos territorios de la memoria.
¿Cual consideras que es la función de los museos en la posmodernidad? Hubo un cambio, desde tu punto de vista, en el enfoque  que tuvieron  hasta el siglo XX?
Creo que hoy están más integrados a la comunidad y vinculados al presente. Son espacios en permanente contacto con la comunidad educativa. Han dejado de ser un repositorio de cosas viejas y bichos embalsamados.
¿Qué es lo que consideras estará en los museos cómo evidencia de ese presente que referís?
Prácticamente todo. En el caso de nuestro Museo, por ejemplo, exponer herramientas, espacios de encuentro, estancias, costumbres del ámbito rural, hacen una referencia ineludible a nuestra identidad de pueblo rural actual. Lo mismo ocurre con el tema de los inmigrantes, cuyas culturas, creencias y costumbres están enraizadas en nuestra sociedad.
Para la museología tradicional quizá haya resultado más sencillo exponer algún hallazgo de culturas del origen o que han determinado el curso de la humanidad. En un museo local, como se da ese proceso de elegir y seleccionar los elementos u objetos, con qué soportes o instrumentos  dan cuenta de eso y como definen la subjetividad de lo que se quiere resguardar?
Precisamente, en los museos tradicionales se exponían colecciones de toda índole. En la actualidad se trata de un trabajo colectivo, en el que en la diversidad de actores (equipo del Museo, comunidad educativa, distintas áreas municipales, instituciones de otros ámbitos, y los propios vecinos con sus aportes y donaciones) vamos seleccionando y dándole el perfil al museo que queremos mostrar.
Museo con M de memoria.  ¿Cómo juega hoy el significado de  «memoria» en un museo?
En el mismo sentido de lo que venía expresando. La memoria se conserva necesariamente en función del presente. Nosotros hemos realizado con la Universidad de Quilmes, seminarios de Historia y Memoria Rural, en los que se buceó en la Memoria en busca de nuestras identidades. Otro caso es por ejemplo todo lo relacionado a los Derechos Humanos, tema en el que los hechos recientes demuestran la importancia de la conservación viva de la memoria.
Vos te encargaste de revivir la hemeroteca. Como fue ese trabajo para ofrecer actualmente ese archivo que da cuenta de esa parte de la memoria, más abstracta si se quiere, que son los pensamientos de época volcados en la prensa escrita,  a través de los periódicos y revistas?
Es un trabajo en proceso, no concluido aún, por el volumen documental que implica. Es una tarea ardua, pero apasionante. Allí se conservan pensamientos plurales, que nos permiten restablecer diálogos con voces de distintas épocas. 
Hace pocos días hubo un encuentro regional, con  otros museos de similares características. ¿en base a qué  perspectivas  trabajan?
A raíz de la experiencia realizada con la Universidad de Quilmes, que se replicó en General Belgrano, Las Flores y Ranchos, surgió la idea de hacer una red de museos de la cuenca del Salado. A esto se sumarán los museos en formación de Pila y General Alvear. Hay otros museos interesados. Esto es una muestra clara de esta nueva modalidad de trabajo colectivo. Hoy, con amigos del Museo de Las Flores, compartíamos la información de que una red similar se está gestando en la zona del Tuyú. Creo que estamos transitando un tiempo en que se revitalizan  los Museos y sus vínculos regionales.
Marcelo, ¿Qué te moviliza  en lo personal a indagar y a la vez dar cuenta de nuestra historia?
Creo que sintetiza en las palabras: vocación y pasión. Esto se traduce en un compromiso con el pasado de nuestro pueblo, el cuidado de nuestro acervo histórico, puesto en función del presente y futuro, como hemos dicho.
 19 de mayo de 2017.
por Graciela Achabal.-

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