Productores rurales estallaron contra el Gobierno tras el decreto que habilitó exportaciones por 7.000 millones de dólares sin retenciones, un beneficio que –denuncian– quedó concentrado en manos de un puñado de grandes cerealeras como Bunge, LDC, Cofco y Cargill.
En apenas 72 horas, las exportadoras agotaron el cupo, dejando afuera a los productores. Desde la Mesa de Enlace y Federación Agraria acusan a Caputo de haber cerrado el acuerdo con las cerealeras a espaldas del sector. “El campo la vio pasar”, afirman.
Además, advierten que las cerealeras liquidaron operaciones con granos que aún no tienen, y que les comprarán a los productores descontándoles las retenciones que ellas no pagarán.
Desde Rosario, la Sociedad Rural denunció que la medida generó “desequilibrios, exclusión y malestar”.
