Murió una aspirante a gendarme de 18 años tras ser obligada a trotar con neumonía bajo la lluvia.-

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La muerte Ignacia Albornoz Insulza, una joven aspirante a gendarme de 18 años que cursaba en la Escuela de Formación Penitenciaria de Santiago, causó conmoción en Chile. La Fiscalía de Flagrancia del Bío Bío abrió una investigación luego de que su mamá, Jessica Inzunza, denunciara que la joven fue obligada a trotar con neumonía de madrugada y bajo la lluvia.

 La muerte de Ignacia fue confirmada este domingo por la propia Gendarmería en sus redes sociales.

La mamá de Ignacia, Yéssica Inzunza, contó que su hija estuvo enferma y que la llevaron al Hospital de Carabineros, donde le diagnosticaron bronquitis por influenza y el 3 de mayo se le otorgó licencia médica y reposo por tres días.

Posteriormente, el 6 de mayo, habría vuelto a los entrenamientos y habría sido obligada a bañarse con agua fría y trotar en bajas temperaturas bajo la lluvia.

«En condiciones o no condiciones, ellos tienen una rutina que tienen que hacer como escuela. Se tienen que seguir por un lineamiento, por órdenes de arriba, que ellos tienen que respetar todo», explicó.

«Si empezó con un caso de influenza debieron haber dado una cuarentena, más que tres días y después decirle que volvieran a sus habituales rutinas, que ellos saben el sistema de las rutinas; trote, ducha en la mañana temprano, agua fría, estudios que también implican lugares helados, con muchos contagiados enfermos», se quejó la mujer en diálogo con BioBio Chile.

«Mi hija después de un cuadro de influenza volvió a la escuela con las mismas condiciones e igual estaba enferma», dijo.

El 7 de mayo, Ignacia volvió a sufrir complicaciones de salud y regresó a su casa en Tomé, una comuna ubicada 30 kilómetros al norte de Concepción. Por la gravedad del cuadro, su familia la trasladó al Hospital de Talcahuano. Allí tuvo un paro cardiorrespiratorio y murió.

Una tía materna dela víctima, Sandra Insulza, dijo que su sobrina le comentó que, si bien no se sentía en condiciones, debía volver a la escuela por la presión que sentía y el miedo a ser expulsada si no rendía en los entrenamientos.

«Cuando ellos iban a enfermería, les decían ‘¿ya vienen otra vez? Si esto no es jardín infantil’», denunció su mamá. También, señaló que las vestimentas usadas por los alumnos no serían aptas para su formación. «No tenían sus casacas para el frío, no tenían sus botas. Los tenían con buzos, zapatillas mojadas, entonces uno queda en shock», declaró.

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