Entre el 10 de agosto y el 4 de diciembre de 2021, sin autorización administrativa sobre impacto ambiental y usando una retro excavadora, Ricardo Adolfo La Regina produjo con pleno conocimiento de causa actos de crueldad animal y daños irreversibles sobre fauna y flora autóctonas en una estancia propia lindante con el Área Natural Protegida Punta Tombo, a 110 kilómetros de Rawson, en la provincia de Chubut.
Masacró 105 especímenes de pingüinos Magallanes y arrasó 292 nidos, aplastando huevos y pichones en su paso frenético y acabando con toda posibilidad de vida. Buscaba trazar dos caminos e instalar un alambrado de 900 metros en el interior de su propiedad, y estaba convencido de que ser dueño de ese gran lote costero le otorgaba derechos sobre la vida de las especies nativas que allí existen. La Regina ahora sabe que estaba equivocado. Pero una fiscal del Sur del país tuvo que hacérselo entender, con elementos y pruebas contundentes. La Regina ya no puede tener dudas porque este lunes comenzaron a juzgarlo por el crimen que cometió y frente a una posible pena de cuatro años de prisión efectiva.
Es la primera vez que un caso de “ecocidio” llega a esta instancia en Latinoamérica. Por eso han llegado al sur del país enviados de todo el mundo. El concepto de “ecocidio” no es nuevo, pero desde 2021 tiene una definición jurídica. Describe «cualquier acto ilícito o arbitrario perpetrado a sabiendas de que existen grandes probabilidades de que cause daños graves, extensos o duraderos al medio ambiente».
Fuente: Clarín.
29/10/24